Una de la mayores virtudes del debut de los hermanos Coen , y que
puede aplicarse a buena parte de su filmografía, está en la reinterpretación de
los códigos más identificables del género noir. Inspirados por el cine negro
americano clásico y las novelas de autores canónicos del género como James M
Cain, conjugan los elementos y personajes característicos pero aportando
elementos diferenciadores, tanto en los personajes como en el estilo y el tono.
Dichas diferencias apartan a la película de la mera evocación nostálgica y
comenzaban a prefigurar el estilo característico de los Coen. Los personajes son arquetipos con variaciones;
el próspero empresario dueño de un club nocturno engañado por la femme fatale
se transforma aquí en dueño de un antro alejado de la urbe; su mujer, remedo de
mujer fatal (interpretada por Frances McDormand) se distancia del físico rotundo de
la mayoría de las vampiresas noir y lejos de ser "castigada" en pro
de la moralidad es la que sobrevive. Los trajes y sombreros stetson mutan en
botas camperas y sombreros de Cowboy. Los temas jazzísticos se convierten en
baladas fronterizas y música negra; los diálogos punzantes y llenos de doble
sentido pasan a ser superficiales e intrascendentes.
Otro matiz interesante introducido en el género está en el sentido del
humor, no mediante el gag, sino mediante imágenes que invitan a la sonrisa por
la extrañeza que provocan, véase la indumentaria del detective con su hortera
traje amarillo, insertos del dedo entablillado de Marty (Dan Hedaya), un
personaje que saluda desde el coche sin venir a cuento al cruzarse con el
atormentado Ray (John Getz) etc.
Un signo habitual en algunas películas noir es la confusión de la
trama, el espectador por muy atento que esté no es capaz de seguir la trama,
los Coen sabedores de ello pervierten también esto, se puede decir que lo dan
la vuelta. Aquí es espectador el que sigue la trama con bastante claridad y son
los cuatro personajes principales los que no consiguen entender nada. Con una
magnífica utilización del punto de vista, el espectador tiene toda la información
de lo sucedido y los personajes la tienen parcial o directamente equivocada, errados en sus deducciones.
Llama la atención, sobre todo atendiendo a la bisoñez de los Coen ante
su primer largo, la elaboración visual; es cierto que en algunos
momentos hay movimientos de cámara (algún travelling) destinados a llamar la
atención, pero set pieces como la del enterramiento, jugando con el tiempo fílmico
de manera magistral, o la secuencia final demostrando su dominio del espacio
dejaban claro el prometedor futuro que les esperaba.
También resulta interesante el modo en cómo suministran información de
lo que pasa por la cabeza de los personajes y anticipan la muerte de éstos
mediante la repetición de elementos y
encuadres, veamos.
Al poco de enterarse de la infidelidad de su mujer, Marty aparece
sentado meditabundo en su despacho, abstraído observando cómo gira un ventilador de techo; tiene un pie apoyado en la mesa. Entra en escena un
camarero de su local y al verlo en esa posición inmóvil le dice que creía que
estaba muerto, no hay énfasis, a continuación le pregunta que si se va ir a
casa, recibiendo una respuesta negativa por parte de Marty. Esta escena de
transición cobra su importancia cuando posteriormente el detective Visser dispare a Marty,
pues este yace medio muerto en esa misma posición, recostado en la silla con el pie encima
de la mesa. Además le encuadran en un plano picado, con un posterior desplazamiento de cámara hasta que ésta se coloca en el
lugar que ocupa el ventilador, al que oímos girar y vemos como sus
aspas oscurecen el encuadre rítmicamente mientras observamos el cuerpo inerte de Marty.
Al llegar a su casa Visser se percata de que no tiene el encendedor, no sabe donde lo ha extraviado,(el espectador sabe que se lo ha dejado en el local de Marty), directamente le vemos en casa de Ray registrando el bolso de Abby buscando
el mechero (Ray y Abby se ha mudado a otro apartamento). Visser, sentado, coge
el teléfono y piensa qué hacer. La cámara asciende hasta un ventilador situado
sobre el detective y mediante un fundido encadenado pasamos a un plano en el
que Ray está dormido sentado en una silla con una pierna sobre la mesa. De esta
manera mediante un fundido encadenado,
repitiendo gestos y utilizando elementos integrados en los interiores, en este caso
los ventiladores, sabemos lo que piensa Visser y cuál será el fatal destino de
Ray.
A de la Hoz.