Leo McCarey ya había mezclado comedia romántica y drama con
resultados excelentes en su anterior película "Tú y Yo" (Love affair,
1939, Leo McCarey). En "Hubo una luna de miel" también se combinan
géneros, a los anteriores añádase cine de propaganda y espionaje, pero los
resultados se alejan bastante de lo satisfactorio. Y es que la historia de la
toma de conciencia de una (increíblemente) ingenua ex-corista llamada Katie
O´hara (Giger Rogers), prometida con el Baron Franz Von Luber, colaborador nazi (Walter Slezak), que se
enamora de el periodista Patrick
O'Toole (Cary Grant) y acaba ejerciendo de espía, resulta un tanto
descafeinada y excesivamente inocente, así como reiterativa y a veces
sonrojante en su discurso anti nazi y proamericano,( por otra parte nada raro
en las producciones rodadas durante la Segunda Guerra Mundial), que casi siempre era lo peor de la función.
No cabe duda que no era tarea fácil; la película fracasa
sobre todo en su parte dramática donde en ningún momento se logra transmitir
emoción o sensación de peligro o amenaza por parte de los alemanes. La cinta
levanta algo el vuelo en las escenas de comedia ayudada por el buen hacer del dúo
protagonista, sobre todo Grant. Ginger
Rogers resulta una elección inadecuada,
porque aunque se desenvuelve bien tanto en comedia como en drama, no transmite
la fascinación que produce su personaje sobre Grant y Walter Slezak. Por otra parte, salvo Slezak,
los nazis son meros comparsas, una pieza más del decorado, apareciendo en
varias ocasiones en innecesarias imágenes de archivo; en este sentido resulta
mucho más amenazante el reloj con la esvástica a modo de manecillas que en
varias ocasiones marca el tempo del avance de las tropas alemanas por Europa.
La mano del mejor McCarey se deja notar en la puesta en
escena, planificando las escenas de forma que casi podrían verse de forma
independiente, a modo de piezas de un puzle y recordando en algunos momentos a
"Tú y yo" sobre todo la parte final en el transatlántico (donde se
produce uno de los mejores gags de toda la película) o una escena en una
terraza en Paris, donde la torre Eiffel ocupa el lugar en el encuadre que en la
anterior película ocupaba el Empire State.
Pero si hay una secuencia en que se demuestra el pulso
dramático y la habilidad de McCarey para el cambio de tono es esa en que un desencantando
y abandonado Cary Grant bebe para olvidar en una terraza de un
"bistró" de París ocupado por los nazis, e inicia una reveladora
conversación con Slezak. En ese momento Grant anticipa momentos similares en
"Encadenados" (Notorious, 1946, Alfred Hitchcock) y "Tú y yo."
(An affair to remember,1959, Leo McCarey.)
A.H.
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