viernes, 3 de mayo de 2013

AGENTE 007 CONTRA EL Dr. NO. Terence Young. (1962.)

EL BIKINI BLANCO.

La famosa secuencia de Agente 007 contra el Dr. No (Dr. No, 1962, Terence Young), todo un icono de los años 60, en la cual Ursula Andress aparece del mar ataviada con un bikini blanco, es un magnífico ejemplo de cómo los arboles no dejan ver el bosque, de como la sola presencia de Andress es suficiente para que no prestemos atención a lo que realmente sucede, que no es otra cosa que una sucesión de absurdos tan atractivos como delirantes, pero que funcionan en el conjunto de la película.
Pongamos al lector en situación. James Bond (Sean Connery) y Quarrel (John Kitzmirrel) recalan a bordo de un bote aprovechando la noche en la isla de Cab Crey, la cual está altamente vigilada, ya que en ella tiene situado su centro de operaciones el malvado Dr. No. Bond propone descansar antes de que amanezca. El sueño como tantas veces en cine es un fundido en negro.


Amanece con un plano de la paradisiaca playa del Caribe Jamaicano, Bond despierta tumbado en la arena bajo unas palmeras, vestido completamente de azul, impecable como siempre. No le ha despertado el ruido del mar, ha sido una voz femenina, así que no duda en coger su "walther ppk" y ver de donde proviene. Mira hacia la orilla de la playa y ve salir del mar cantando a Usula Andress, ésta se quita las gafas de buceo, sigue cantando y se suelta el pelo (no olvidemos que es una isla peligrosa y vigilada) y examina las caracolas que ha recogido del mar. Por supuesto ante la visión de la espectacular suiza no nos preguntamos donde demonios está Quarrel. Bond la sigue mirando desde la distancia, sonríe con ironía y canta la canción él también, Ursula se sorprende y asustada pregunta quién es. Nuestro héroe da un saltito y se aproxima a ella con apostura. Plano medio con ella de espaldas y Bond acercándose, ella tímidamente camina hacia atrás alejándose, Bond le dice que no se asuste, ella le pregunta que si está...¡buscando conchas!, el británico dice que sólo miraba y añade que...¡no la robará sus conchas! así que ella se enfada y saca un cuchillo, él dice que sus intenciones son honorables, ella enfunda el cuchillo con donaire y recoge sus conchas. Pasean por la orilla (insisto, la isla se supone que es peligrosa) y se presentan. Ella se llama (ojito) Honey Ryder, él , ya lo sabemos. Bond  dice que si ha venido en vela, ella resignada dice que no tiene otro remedio, él firmemente dice que les han descubierto porque el Dr No y sus secuaces tienen radar, brillante deducción, digna del mejor agente secreto británico.


 Ella dice que no lo cree porque su bote es muy pequeño, que ya lo intentaron y no lo consiguieron en otras ocasiones y que suele venir a coger conchas. Llegados a este punto deberíamos preguntarnos para que tanto riesgo por unas simples conchas y también donde se ha metido el bueno de Quarrel. Bond insiste en que les han descubierto y que deje las conchas. Honey se carga de razones, se ofende y dice que ni de loca, que las vende...!a cinco dólares en Miami!. Bond mira al suelo,  no dice nada, la mira, perfectamente podría pensar     A)que está como una autentica regadera o B) que lo entiende, con lo cual el no estaría mejor que ella.
 Por si no fuera suficiente el absurdo, Honey le pide que no desvele el secreto. Bond con toda naturalidad se lo promete. En esto aparece el bueno de Quarrel corriendo y gritando, alertando de un peligro, viene una lacha rápida. El plano bien podría ser considerado un anticipo del Godard de Pierrot el loco (Pierrot le feu, 1965) en el uso del color, Quarrel va de rojo, Honey de blanco y Bond de azul. Ante el inminente peligro inician la huida corriendo, Bond muy caballeroso carga con la bolsa de conchas.

Nota: Ni que decir tiene que de las conchas nunca más se supo.

A.H.