lunes, 30 de septiembre de 2013

CORAZONES INDOMABLES. John Ford. (1939).

EL ÍNDIO Y EL PARCHE.



Corazones indomables. (Drums Along the Mohawk; John Ford, 1939) no goza del prestigio de otras de las grandes películas de Ford, no seré yo quien diga que es una de sus obras maestras, pero es una interesante película por muchos motivos.
 Se trata de su primera película en color (maravilloso Technicolor) y el uso pictórico que hace del mismo, ayudado por Bert Glennon y Ray Rennahan como directores de fotografía y la omnipresente( cuando hablamos de Technicolor) Nathali Kalmus, es magnífico; se trata también de una película difícil de encasillar dentro de un genero determinado, siendo un western, está más cerca del cine de aventuras, y como muchas veces en Ford, alterna momentos dramáticos y cómicos en una misma escena y lo hace de manera armónica y elegante.
Alternar comedia y drama en una misma secuencia es algo sumamente complejo y es muy difícil encontrar el tono apropiado para ello, no se me vienen a la memoria muchos cineastas capaces de hacerlo con maestría, quizá el McCarey más inspirado o Hawks en algunas ocasiones lo han conseguido. En Corazones indomables hay más de un momento que serviría de ejemplo para ilustrar la combinación comedia-drama en una misma secuencia. Siento especial predilección en este sentido por la muerte de Caldwell (John Carradine) porque además está elidida de una forma asombrosa. Para comprender ese momento primero hay que hacer mención a otros dos de la película.
 La historia se desarrolla en plena guerra de la Independencia americana. Al poco de comenzar la película Gilbert Martin (Henry Fonda) y su esposa Lana (Claudette Colbert) hacen un alto en su viaje al Oeste, donde quieren establecerse en la frontera como granjeros, para comer algo. En la taberna donde lo hacen está también Caldwell (John Caradine) que entabla conversación con la pareja. Por la planificación y la indumentaria del personaje, sabemos que será el villano de la función, lo interesante para analizar la secuencia de su muerte es que lleva un parche en el ojo.


Algo más adelante la pareja llega a una cabaña en plena tormenta, toda la escena está fotografiada con luces y sobras, iluminada por los rayos, sonando truenos... visto aisladamente podría de tratarse de una película de terror. Gilbert enciende un fuego en la chimenea, Lana se sienta al lado a calentarse, de repente oye un ruido, se gira hacia la puerta, y ve la presencia estática y amenazante de un indio, por la iluminación y planificación parece un fantasma. El indio camina hacia ella , que chilla histérica. Gilbert la calma a base de bofetadas y la explica que se trata de  Blue Back (Chief Big Tree) un indio amigo ...¡y cristiano!. Blue Back sale de la cabaña, la pareja se calma. Al rato el indio vuelve a entrar y le dice a Gilbert que tiene una buena mujer pero que tiene que usar (y le da un palo) esto con ella. También una señora se lo daba a John Wayne para que pegase a Maureen O´hara en El hombre tranquilo. (The quiet man, John Ford, 1952.). De esta forma sabemos que Blue Back, aunque acostumbrado a tratar con los "civilizados" hombres blancos mantiene costumbres "salvajes".


Después de esta introducción, volvamos a la secuencia de la muerte del malvado Caldwell.
Éste con la ayuda de indios mohawk ha atacado el fuerte de los pioneros, siendo derrotados en el último momento gracias a que Gilbert llega con refuerzos . Varios supervivientes son interrogados cruelmente para que confiesen donde esta Cadwell pero se niegan a hablar. De repente uno de los pioneros, señala con el índice al un púlpito, que está vacío, de repente emerge una figura, !Pero no es Caldwell, como esperábamos!...es Blue Back. Es desconcierto es total. Primer plano de Blue Back, que sonríe...y se pone el parche que usaba Caldwell.



De esta forma Ford rompe un momento de tensión dramática con un toque de humor, además sabemos que Caldwell ha muerto a manos de Blue Back, y que posiblemente éste se ha ensañado con él... y ¡lo sabemos porque un indio se pone un parche!. 

A.H.

martes, 10 de septiembre de 2013

CON LA MUERTE EN LOS TALONES. Alfred Hitchcock. (1959)

EN EL TREN.


Salvador Dalí colaboró con Alfred Hitchcock en Recuerda (Spellbound. Alfred Hitchcock, 1945). En 1932 Dalí pinta su cuadro Huevos al plato sin plato. En 1959 Alfred Hitchcock rueda una secuencia de una pareja "besándose y acariciándose" en una cama sin la cama. Lo que Dalí logra amparándose en recursos surrealistas (un huevo frito atado de un hilo) Hitchcock lo logra mediante planificación y puesta en escena.
Roger O. Thornhill (Cary Grant) se encuentra escondido en el compartimento de tren  de Eve Kendal (Eva Marie Saint). Thornhill huye de la justicia acusado de un crimen que él no ha cometido y ha sido ayudado por Eve, que acaba de conocerle y ya se lo ha llevado a su vagón a sabiendas de que puede ser un criminal, algo inverosímil hasta para alguien con el atractivo de Cary Grant. Más adelante se revelará el porqué de éste comportamiento. Ambos se acuestan juntos. Hoy en día seria fácil despachar esa escena de forma rutinaria, con más o menos acrobacias, con más o menos carne o mediante elipsis. En 1959 aún está vigente el "Código hays", así que veamos la solución tomada por el director inglés.


Grant toma por la cintura a Eva Marie, ella apoyada contra la pared de vagón apoya delicadamente sus manos sobre el pecho de él. Cambio de plano a contrapicado, hablan y se acarician. Durante toda la escena suena la música de Bernard Herrmann, en esta ocasión un tema delicadísimo. Cambio de plano, la cámara se coloca en una posición imposible (la pared se hace invisible). De nuevo ligeros contrapicados combinados con frontales. Esta planificación es rota por otro plano medio, ya no hay contrapicado, ella apoyada contra la pared, él junto a ella. Comienzan a girar sobre si mismos besándose.


Ahora vemos a Grant contra la pared y a Eva Marie frente a él, pero el efecto logrado por el movimiento de los actores y el cambio de posición de la cámara es que Grant está tumbado y Eva Marie sobre él, es decir, realmente están de pie contra la pared pero se comportan (y se mueven) como si estuviesen en el lecho. Verticalidad con movimientos propios de la horizontalidad.  Nuevo giro, ella queda debajo, él sobre ella, besándola.


Hitchcock consigue de esta manera, esquivar la censura al mismo tiempo crear una secuencia bellísima dando una lección de sutileza y elegancia; y lo hace dirigiendo los movimientos de los actores, aprovechando (rompiendo) el espacio fílmico y utilizando los emplazamientos de cámara precisos.


A.H.