martes, 6 de agosto de 2013

UNA HISTORIA VERDADERA. David Lynch. (1999.)

El viaje de Alvin.


"Una historia verdadera" pasa por ser la película más emocionante, lírica y delicada de David Lynch. Posiblemente así sea, junto con "El hombre elefante".  Mucha culpa de esto lo tiene la historia elegida, el trayecto de un anciano en una cortacésped para visitar a su hermano gravemente enfermo ,(recordemos que es el único guión ajeno que filma Lynch), y también el interprete escogido, un genial Richard Farnsworth.
Además de temas e intérpretes esa sensibilidad de que hace gala "Una historia verdadera" está apoyada por la puesta en escena de Lynch. He aquí la diferencia entre un gran cineasta y un artesano o un mero ilustrador. Esto se puede comprobar en un movimiento de cámara realmente prodigioso que desde el primer visionado me dejó perplejo, porque aparte de ser un movimiento sumamente delicado y poético tiene una función narrativa clara.


Situémonos. El anciano Alvin inicia el viaje a bordo de su cortacésped. El objetivo narrativo es mostrar la lentitud del viaje en segadora, esto se puede hacer de muchas maneras pero la escogida por Lynch es de una sencillez y una belleza sublimes.
Suena la genial partitura compuesta por Angelo Badalamenti para el film. Comienza el movimiento de cámara, siguiendo las líneas amarillas de la carretera, iguales a las de "Carretera perdida" (Lost highway, David Lych, 1997), pero si en aquel magnífico film eran mostradas a cámara rápida a ritmo del "I´m deranged" de David Bowie aquí son mostradas a la velocidad que lleva la cortacésped y al ritmo sosegado de los acordes de Badalamenti. La cámara comienza a elevarse lentamente, mientras casi imperceptiblemente se desplaza un poco a la derecha dejándonos ver a Alvin conduciendo la segadora. Continua el movimiento lento y ascendente rectificando hacia la izquierda y mostrándonos una larga recta,  sigue ascendiendo hasta encuadrar un cielo azul con nubes grises muy pictórico.


Lo normal llegados a este punto seria cortar el plano, pues ya nos ha quedado claro que Alvin, conduciendo su segadora va a tardar muchísimo tiempo en recorrer la distancia que lo separa de su objetivo. Pues bien, es en este punto donde se demuestra el talento de Lynch, donde otros cortarían, él sigue. Mantiene el plano del cielo unos segundos (deja pasar el tiempo), inicia el movimiento descendente y vemos que el bueno de Alvin en el tiempo que dura el plano apenas ha avanzado unos metros a bordo de su segadora.

MAGISTRAL.


A.H.

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