martes, 7 de abril de 2015

SANGRE FÁCIL. Joel Coen. 1984.

DESTINOS ANTICIPADOS.



Una de la mayores virtudes del debut de los hermanos Coen , y que puede aplicarse a buena parte de su filmografía, está en la reinterpretación de los códigos más identificables del género noir. Inspirados por el cine negro americano clásico y las novelas de autores canónicos del género como James M Cain, conjugan los elementos y personajes característicos pero aportando elementos diferenciadores, tanto en los personajes como en el estilo y el tono. Dichas diferencias apartan a la película de la mera evocación nostálgica y comenzaban a prefigurar el estilo característico de los Coen.  Los personajes son arquetipos con variaciones; el próspero empresario dueño de un club nocturno engañado por la femme fatale se transforma aquí en dueño de un antro alejado de la urbe; su mujer, remedo de mujer fatal (interpretada por Frances McDormand) se distancia del físico rotundo de la mayoría de las vampiresas noir y lejos de ser "castigada" en pro de la moralidad es la que sobrevive. Los trajes y sombreros stetson mutan en botas camperas y sombreros de Cowboy. Los temas jazzísticos se convierten en baladas fronterizas y música negra; los diálogos punzantes y llenos de doble sentido pasan a ser superficiales e intrascendentes.



Otro matiz interesante introducido en el género está en el sentido del humor, no mediante el gag, sino mediante imágenes que invitan a la sonrisa por la extrañeza que provocan, véase la indumentaria del detective con su hortera traje amarillo, insertos del dedo entablillado de Marty (Dan Hedaya), un personaje que saluda desde el coche sin venir a cuento al cruzarse con el atormentado  Ray (John Getz) etc.
Un signo habitual en algunas películas noir es la confusión de la trama, el espectador por muy atento que esté no es capaz de seguir la trama, los Coen sabedores de ello pervierten también esto, se puede decir que lo dan la vuelta. Aquí es espectador el que sigue la trama con bastante claridad y son los cuatro personajes principales los que no consiguen entender nada. Con una magnífica utilización del punto de vista, el espectador tiene toda la información de lo sucedido y los personajes la tienen parcial o directamente equivocada, errados en sus deducciones.


Llama la atención, sobre todo atendiendo a la bisoñez de los Coen ante su primer largo, la elaboración visual; es cierto que en algunos momentos hay movimientos de cámara (algún travelling) destinados a llamar la atención, pero set pieces como la del enterramiento, jugando con el tiempo fílmico de manera magistral, o la secuencia final demostrando su dominio del espacio dejaban claro el prometedor futuro que les esperaba.
También resulta interesante el modo en cómo suministran información de lo que pasa por la cabeza de los personajes y anticipan la muerte de éstos mediante la repetición de elementos  y encuadres, veamos.
Al poco de enterarse de la infidelidad de su mujer, Marty aparece sentado meditabundo en su despacho, abstraído observando cómo gira un ventilador de techo; tiene un pie apoyado en la mesa. Entra en escena un camarero de su local y al verlo en esa posición inmóvil le dice que creía que estaba muerto, no hay énfasis, a continuación le pregunta que si se va ir a casa, recibiendo una respuesta negativa por parte de Marty. Esta escena de transición cobra su importancia cuando posteriormente el detective Visser dispare a Marty, pues este yace medio muerto en esa misma posición, recostado en la silla con el pie encima de la mesa. Además le encuadran en un plano picado, con un posterior desplazamiento de cámara hasta que ésta se coloca en el lugar que ocupa el ventilador, al que oímos girar y vemos como sus aspas oscurecen el encuadre rítmicamente mientras observamos el cuerpo inerte de Marty.



Al llegar a su casa Visser se percata de que no tiene el encendedor, no sabe donde lo ha extraviado,(el espectador sabe que se lo ha dejado en el local de Marty), directamente le vemos en casa de Ray registrando el bolso de Abby buscando el mechero (Ray y Abby se ha mudado a otro apartamento). Visser, sentado, coge el teléfono y piensa qué hacer. La cámara asciende hasta un ventilador situado sobre el detective y mediante un fundido encadenado pasamos a un plano en el que Ray está dormido sentado en una silla con una pierna sobre la mesa. De esta manera  mediante un fundido encadenado, repitiendo gestos y utilizando elementos integrados en los interiores, en este caso los ventiladores, sabemos lo que piensa Visser y cuál será el fatal destino de Ray.

A de la Hoz.

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