domingo, 1 de febrero de 2015

HIROSHIMA MON AMOUR. Alain Resnais. 1959.

TIEMPO Y MEMORIA.


   Inicialmente Hiroshima mon amour iba a ser un documental sobre las consecuencias de la bomba atómica en Hiroshima, pero parece ser que Resnais no estaba convencido del todo de éste planteamiento y reclamó los servicios de Marguerite Duras para la escritura de un nuevo guión. El documental sobre las atrocidades cometidas en Hiroshima se convirtió en la historia de amor (adultero) entre una actriz francesa, que rueda una película en la ciudad nipona y un japonés. La intensidad de los sentimientos que experimenta ella (los protagonistas carecen de nombre) hacen aflorar el recuerdo de un antiguo amor en su ciudad natal, Nevers. Allí, ella se había enamorado de un soldado alemán durante la ocupación germana de Francia, en la segunda guerra mundial. El soldado acaba muriendo en sus brazos, ella será ridiculizada y vejada por los vecinos de Nevers y encerrada en el sótano de casa por sus padres, que se avergüenzan de ella.


   A medida que avanza la relación amorosa en Hiroshima va aflorando la antigua relación de Nevers. Nevers se interpone y a la vez es reflejo de una relación avocada al fracaso y al sufrimiento. La anterior relación aparece cuando vuelven a aparecer en ella los mismos sentimientos de amor y pasión que experimento en su adolescencia con el soldado alemán.


  Los diálogos y monólogos escritos por Duras, en ocasiones parecen un poema recitado, las interpretaciones sonámbulas, los lentos movimientos de cámara, la arquitectura de una Hiroshima nocturna, llena de neones,  consiguen un aire de ensueño permanente, acorde con las pretensiones de Resnais, interesado en escrutar los mecanismos que rigen la memoria. Las dos historias se nos van narrando de forma fraccionada, ocupando la historia de Nevers cada vez más metraje y fusionándose con la de Hiroshima. Aunque la historia de juventud esté situada temporalmente en el pasado, Resnais no la usa a modo de flash back, es decir, nos va contando la historia de Nevers para que veamos las consecuencias que tiene en la relación actual en Hiroshima, pero, mediante un magnífico uso del montaje, hace que la historia sea presente, porque en realidad Resnais está filmando la memoria, el tiempo mental, por lo tanto solo hay presente, los recuerdos son presente. De este modo subjetiviza la historia y consigue la unidad temporal, y por consiguiente, la unidad geográfica.



   En este sentido resulta magnífica la secuencia en la que Emmanuelle Riva deambula de noche por las calles de Hiroshima, oímos su voz "Devórame / Defórmame a tú imagen / para que nadie después de ti / entienda el porqué de tanto deseo" y  Resnais va mostrando alternativamente imágenes de su paseo por Hiroshima e imágenes de Nevers, en su mente las dos ciudades son una, una ciudad de amor y sufrimiento. Resnais utiliza lentos travellings, casi siempre en contrapicado para así dar mayor significado al lugar. Seguimos paseando por Hiroshima (o Nevers) y escuchando sus pensamientos. La vemos pasear perdida, decaída; en un lento travelling en retroceso, vemos que va a tomar una calle, oímos esto: "Y llegará un tiempo / en que ya no sabremos nombrar lo que nos unirá / El nombre se borrara poco a poco de nuestra memoria / Y acabará desapareciendo del todo" en ese momento dobla la esquina y desaparece del encuadre, Resnais entonces rompe la planificación de travellings parsimoniosos y hace un barrido, encuadrando la calle paralela a la que ha tomado ella. Calle vacía...el olvido.

A.de la Hoz.

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